martes, 19 de febrero de 2013

Mi paz mental

Se extravió la tercera noche en su cama, entre la décima y doceava llamada, en el desayuno improvisado, en el día en el que besó mi hombro. En la cuarta película, en el olor de sus sábanas, entre sus manos tocando mi espalda, en su sonrisa, en aquel camino empedrado, en la mirada de reojo al amanecer, bajo el agua de la regadera, en ese último suspiro, en nuestras piernas entrelazadas, en el lado izquierdo de su pecho o, probablemente, en la canción que no he dejado de escuchar.

Se le vio por última vez aquella noche muy fría. Vestía ligero y se sospecha que podría estar resguardándose, con miedo de no poder regresar.

La necesito de vuelta, me hace falta, mi vida es un maldito infierno.
Si tú la tienes, devuélvemela ya.