viernes, 10 de diciembre de 2010

Cuatro Navidades

2007. A punto de bajar a cenar, y yo estoy pensando en ti. Mi mamá cree que me quedé muda, aunque simplemente esté buscando respuestas en mi cabeza, necesito pensar. Acepté tus condiciones: lo nuestro no sería fácil, ¿para qué insistir?. ¿Pero a quién le interesa lo fácil? A mi me interesas tú, tuve miedo a decirlo en su momento, y honestamente, todo lo tuyo me sonó a pretexto. Algo me dice que fue un error, aún sin otra alternativa. Me siento triste, no me gusta lo que elegiste para mi. Ojalá me equivoque.

2008. Sigo cruda y ya va a empezar la fiesta. Yo sola me tomé la botella de vino que apenas me regalaste, la acompañé con helado de fresa. Por más que intento hacer parecer mis ojos más grandes, no puedo, los tengo hinchados de tanto llorar, así pasé toda la noche: extrañándote por adelantado, preguntándome qué será de mi. Ni yo me la creo… me atreví a dejarte. No me quedó otra alternativa, no me pediste que me quedara, lo único que pudiste decir es que hace más de un año tomamos una gran decisión. Mientes. El tiempo sólo me ha confirmado cuánto te amo. Me espera un nuevo camino, sin ti.

2009. De las pocas cosas buenas de esta navidad, es que recién renuncié. No puedo creer el infierno de este año. Todo me salió mal… parece que haberte dejado fue la peor decisión de mi vida. Conocí a mucha gente, ahora mismo tengo nuevos proyectos, pero por meses sólo pensé que había cometido un gran error. Tal vez tenías razón y tú eras el dueño de mi carta. Jamás lo reconocería en público. La vida sigue, ¿no? La persona que anda por ahí me gusta como para olvidarte. De ti lo único que espero es que por fin te decidas a quedarte allá, del lado de los que vivirán felices hasta que la muerte los separe. Ese dia me iré de viaje muy lejos, sola o acompañada, pero me iré. Tengo esperanza, ¿sabes? Este año apestó, pero puede que vengan cosas buenas.

2010. Querido mío, pareciera que han pasado cinco años aunque sólo han sido 12 meses. No nos vimos durante seis y esa ausencia tuya me hizo mucho bien. Me encuentro en un lugar en el que soy feliz, en muchos aspectos me siento completa. En 17 días cumplo 25 y ni yo siento que esta sea mi verdadera edad; un dia de los últimos 365 que han transcurrido, decidí hacer lo que me viniera en gana… y no sabes qué bien la estoy pasando. Si te sigo amando o no, no pienso ello. Disfruto lo que tengo, no le doy tiempo a las cosas, tomar decisiones con el estómago es mi deporte de alto riesgo favorito. Este año mandé al diablo los “nunca” y los sustituí por los “¿Por qué no?”. Esta nueva yo, más descarada, seguro te caería muy mal. No nos queda algo pendiente, Juan, tus planes jamás serán los míos. Yo te creí hace 3 años, hoy te pido que tú me creas a mi. Has sido una gran batalla en mi vida y me alegra que hoy, por fin, pueda ondear mi bandera de paz. Feliz navidad, Grinch. Fibra.

Publicado en La Primera Plana

jueves, 2 de diciembre de 2010

Mi pánico escénico

Llegarás a creer que estoy loca, pero creo que tu realidad y la mia nos descomponen. Siempre que me despidó de ti, me viene esta idea a la mente:

“Ojalá siempre pudiéramos estar solos”

… Y lo deseo, tanto como a ti.

No me gustan los testigos. No quiero que otros vean que me atrevo a quererte. Me dan mucho miedo los demás, observándonos.

Y no, no eres tú, tú me gustas tal y como eres… tu olor, tu sonrisa y la forma en que me ves.

Llevo dias pensando en los motivos, y esta mañana mientras tomaba mi café, sentada en el sillón donde tantas veces te he besado, concluí que soy yo… yo no se amar en público, nunca antes lo he hecho.

Por extraño que parezca, el amor para mi ha sido un juego de escondidas. 25 años ocultando lo que siento, a veces a los demás, a veces hasta a aquellos que amé.

No creo haber elegido esto voluntariamente, así me tocó vivirlo. Una vez fue prohibido, varias veces fue platónico, una no correspondido… y la última, la peor, jamás entendí por qué, pero lo callé… y asi ha transcurrido esta historia, en silencio y en total inconciencia de mi comportamiento.

Desconozco si soy un especimen raro, he oido historias de otras personas que llevan años amando así, ¿Pero para siempre?

Tal vez sea hora de romper patrones. Mientras escribo esto me pregunto a qué le tendré más miedo, a ellos, observándome contigo, o a ti, observándome con ellos.

No, no quiero que estemos solos para siempre, los demás no nos van a estorbar. Tenme paciencia, mucha paciencia, nunca olvides lo bueno que tenemos tu y yo mientras nos rodean cuatro paredes, aunque ya no estén… hagamos como si estuvieran.

Publicado en La Primera Plana