miércoles, 26 de enero de 2011

Ventanitas al futuro I: Del día que Cristina se pareció a él

He pensado que me apuré a vivir sólo para conseguir olvidarlo. Y funcionó. Trabajé mucho, besé a muchos, bebí mucho y lloré mucho. Sí, también me acosté con muchos pero ese sería un comentario anticlimático, aquí se viene a hablar de amor.

Tuve 7 empleos y me cambié 2 veces de ciudad. Me dejé crecer el pelo y cuando lo tuve suficientemente largo, lo volví a cortar, a mi edad se comienzan a hacer esas cosas, la gente hace esas cosas.

Conocí a uno mejor que él y me enamoré. Le puse el cuerno luego de 14 meses, me aburría su ser demasiado bueno.

Al cabo de las vueltas, le atiné: me volví exitosa, me consumió el trabajo pero no abandoné a mis amigos… me afiancé como la cabrona que nunca quise ser, pero me gusta, regresé al lugar del que un dia partí. De modo que sólo pasaron 6 años y medio, pero para mí se sintieron como 13.

Me despierto un dia de estos y me veo al espejo: luzco como de su edad, tengo un buen trabajo, he perdido algunos kilos, sigo soltera y no es tragedia, poseo una casa, un gato, y el coche que más me gusta.

Salgo a la calle y me topo con él.

La vida tendría que ser una broma. Me costó tanto transformarme… hice tanto para borrarlo, ¿y para qué?

Ya no es mayor que yo, hace mucho que ya no somos amigos, no dependo de él, ni él de mi, ninguno de los dos murió de amor.

Tras 6 o 13 años (no importa) las vueltas me hicieron a su medida. Justo a su medida…

Y ahora... Cuánta tentación volver.

No hay comentarios:

Publicar un comentario