jueves, 25 de octubre de 2012

Desconocidos


Amacene apenas, y a pesar del agotamiento, hoy no puedo dormir.

Como siempre, has dejado este lugar oliendo a ti, ese olor que en los primeros minutos de la mañana se transforma en la pena de no tenerte siempre y de haberte perdido una vez más.

Avanza el día, y tras un poco de agua en la cara, la pasajera melancolía da lugar a una gran sonrisa.

La vida sigue su ritmo y el recuerdo se esfuma a sabiendas que en una de estas noches, con suerte, nos volveremos a conocer; y con suerte también, con suerte y con certeza, habrás de llevarme a ese punto tan lejano a la cordura.

Repetir el comienzo cien veces, o las veces que sean necesarias, con tal de vivir cien veces el siempre distinto y extraordinario final.

Como siempre, querido extraño, es un placer volverte a conocer. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario